miércoles, 25 de agosto de 2010

Seven =)


Amistad, brindo por ti. Brindo por ellas.
Por los buenos y malos ratos.
Porque a pesar de las distancias, silencios y malos entendidos aún reímos juntas.
No olviden: Los amores a veces se van, nuestra amistad queda.
A cada una de ustedes, GRACIAS... porque cada una en su momento ha sabido ser realmente especial.
LAS QUIERO MUCHO.
♥ Mongini,Brujita, Mostra,Pollo, Elianeja,Peke y Andre ♥ 4 3v3R

lunes, 19 de julio de 2010

The Times They Are A-Changin

Come gather 'round people
Wherever you roam
And admit that the waters
Around you have grown
And accept it that soon
You'll be drenched to the bone.
If your time to you
Is worth savin'
Then you better start swimmin'
Or you'll sink like a stone
For the times they are a-changin'.

Come writers and critics
Who prophesize with your pen
And keep your eyes wide
The chance won't come again
And don't speak too soon
For the wheel's still in spin
And there's no tellin' who
That it's namin'.
For the loser now
Will be later to win
For the times they are a-changin'.

Come senators, congressmen
Please heed the call
Don't stand in the doorway
Don't block up the hall
For he that gets hurt
Will be he who has stalled
There's a battle outside
And it is ragin'.
It'll soon shake your windows
And rattle your walls
For the times they are a-changin'.

Come mothers and fathers
Throughout the land
And don't criticize
What you can't understand
Your sons and your daughters
Are beyond your command
Your old road is
Rapidly agin'.
Please get out of the new one
If you can't lend your hand
For the times they are a-changin'.

The line it is drawn
The curse it is cast
The slow one now
Will later be fast
As the present now
Will later be past
The order is
Rapidly fadin'.
And the first one now
Will later be last
For the times they are a-changin'.

martes, 5 de enero de 2010

viernes, 1 de enero de 2010

jueves, 2 de abril de 2009

Vivir despeinada




Todos deberíamos atender esta frase con intensidad, sin poses, disfrutando cada momento, cada experiencia, cada afecto. Sin lugar a dudas, seríamos mucho más felices.

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad… El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro, arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…


- Hacer el amor, despeina.


- Reírte a carcajadas, despeina.


- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.


- Quitarte la ropa, despeina.


- Besar a la persona que amas, despeina.


- Jugar, despeina.


- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.


- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo

irreconocible…

Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…

Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria…

Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser!

Lo único que realmente importa es que, al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres y porque no hombres

Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Haz el amor, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta,

y sobre todo, deja que la vida te despeine!!!

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

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Pd: Esto me lo envió una amiga mía y quise compartirlo porque me parece genial. Sin duda alguna, quiero vivir despeinada.



martes, 31 de marzo de 2009

Mi vida? esto es.


A veces me elevo, doy mil volteretas
A veces me encierro tras puertas abiertas
A veces te cuento porque este silencio
y es que a veces soy tuyo y a veces del viento

A veces de un hilo y a veces de un ciento
Y hay veces, mi vida, te juro que pienso:
¿Por que es tan dificl sentir como siento?
sentir ¡Como siento! ¡Que sea difícil!

A veces te miro y a veces te dejas
me prestas tus alas, revisas tus huellas
A veces por todo aunque nunca me falles
A veces soy tuyo y a veces de nadie
A veces te juro de veras que siento,
no darte la vida entera, darte solo esos momentos
¿Por que es tan dificil?...Vivir solo es eso...
Vivir, solo es eso...¿Por que es tan dificil?

Cuando nadie me ve
puedo ser o no ser cuando nadie me ve
pongo el mundo al reves
cuando nadie me ve no me limita la piel
cuando nadie me ve
puedo ser o no ser
cuando nadie me ve

A veces me elevo, doy mil volteretas
A veces me encierro tras puertas abiertas
A veces te cuento por que este silencio
y es que a veces soy tuyo y a veces del viento

Te escribo desde los centros de mi propia existencia
donde nacen las ansias, la infinita esencia
hay cosas muy tuyas que yo no comprendo
y hay cosas tan mias, pero es que yo no las veo
supongo que pienso que yo no las tengo
no entiendo mi vida, se encienden los versos
que a oscuras te puedo, lo siento no acierto
no enciendas las luces que tengo desnudos,
el alma y el cuerpo

Cuando nadie me ve
puedo ser o no ser
cuando nadie me ve
me parezco a tu piel
cuando nadie me ve
yo pienso en ella tambien
cuando nadie me ve,
puedo ser o no ser
cuando nadie me ve
puedo ser o no ser
cuando nadie me ve,
no me limita la piel

Cuando nadie me ve
puedo ser o no ser
cuando nadie me ve
no me limita la piel
puedo ser, puedo ser o no ser
cuando nadie me ve

A veces me elevo, doy mil volteretas
Te encierro en mis ojos
tras puertas abiertas
A veces te cuento por que este silencio
y es que a veces soy tuyo y a veces...
del viento
A veces del viento

Y a veces del tiempo...

miércoles, 4 de marzo de 2009

Despegando


Viven engañándonos. Tenemos alas, podemos volar y llegar exactamente a ese lugar que por mucho tiempo nos han hecho pensar que es imposible alcanzar. Hoy decidí levantarme y aletear. El suelo me aburre. Me asfixia, me tiene hasta el copete.

“El tiempo cansa pero hay que esperar, la vida duele pero hay que caminar, la noche oscura no te deja mover, el sol no brilla pero hay que florecer”

viernes, 13 de junio de 2008

El miedo de perderte, la inmensidad de tenerte!


Galopaba sin ser caballito ni de carrusel, ni de totora ni, de verdad. Digo galopaba por la manera como movía las patitas y por cómo corría. Eran las cuatro de la tarde y hasta el momento todo había sucedido como de costumbre. Esa costumbre que me invita siempre a tomar la misma ruta mientras pronuncio las mismas palabras en mi afán de educar a este pequeño cuadrúpedo: “Despacio Nacho, despacio.”

Nacho es mi perro, o bueno al menos le digo “mi” por el derecho que supongo que implícitamente se me otorgó desde el día que llego a nuestra casa producto de las taras de mi hermano mayor que, no teniendo nada más que hacer en su calidad de jefe de campamento, pasa horas y horas frente a esa pantalla matriz que muchos llamamos computadora y que otros llaman mejor amiga, y que fue la que le permitió, en una de sus eternas búsquedas de muñequitos estúpidos para su colección personal de Star Wars, se tope con un aviso pequeñito que anunciaba lo siguiente:” Vendo cachorro de Shar Pei, dos meses. $200.” Y acompañando esto una pequeña foto a color que de seguro cautivaba a cualquiera que pose sus ojos sobre ella. Ese cualquiera fue mi hermano, y la foto era Nacho recién nacido. Parecía un pionono – tal como alguna vez me dijo un hombrecito de cabellos ensortijados. Era un pionono bonito, pequeñito, arrugado y de color marrón clarito como de crayón.

Y bueno regresando a lo anterior, también podría decir que esa pequeña palabra de dos letras “m – i” son la única factura que le paso a cambio del cariño que desprendo desinteresadamente hacia él. Además, por último, hubieron días en los que formé parte de la PEA y sintiendo orgullo de lo que eso significaba y pese a que me costó la abstinencia de comprar muchas cosas que hubiera querido, también colaboré con el 20% del costo total de las exageradas facturas que llegaban a casa como consecuencia de los cuidados de nuestra querida y ya mencionada mascota.

Cerrando el paréntesis y volviendo a la historia del comienzo continúo. Ya estábamos – mi primo, Nacho y yo- próximos a llegar al pequeño parque de la vuelta de mi casa que para mi pequeño peludo es como su Edén personal; y es que él, aun en calidad de perro, las tenía clarísimas. Sabía que ni bien pisara la cera de la esquina del ya conocido parque, dispondríamos quitarle la cadena para que siquiera por algunos minutos se sintiera el rey del mundo y corriera con la libertad de un antípole. Preso de la emoción que le generaba esta libertad se apresuró a desplazarse por todo el parque y seguidamente a dejar un aviso :” Este es mi territorio.” Tinta: Su pichi.

- Otro paréntesis- Al respecto mencionaré que en casa todos nos encontrábamos contentos opinando sobre lo inteligente que era nuestro perro ya que luego de casi 6 meses y sin necesidad de que nadie le enseñe aprendió que si se aguantaba la pichi y la cakis, y no ensuciaba la cocina, alguien lo sacaría a pasear al paraíso: La calle. Este milagro venía sucediendo desde hacía ya 5 días (Bendito Domingo 8, Lunes, Martes, Miércoles y ayer Jueves. Maldito Jueves) y si le digo milagro es con motivo: Nacho había sido objeto de burla de un hombre de tez oscura, de un gato chinchano ( ¿ saben por qué gato chinchano? Porque si lo sazonas bien pasa como cabrito! Jeje) y es que este gato , cada vez que podía, me sacaba en cara que su perrita Zazá, que era más pequeña que Nacho, si sabía hacer sus “necesidades” en la calle mientras que mi perro la máxima osadía que había tenido era la de olfatear residuos ajenos, excremento callejero. Como respuesta yo siempre tenía una teoría:” Lo que pasa es que mi perro es tan educado que como se le ha enseñado que las necesidades se hacen sobre el papel periódico y el acá ve pasto entonces se aguanta y no hace” teoría que por cierto me daba cólera porque en realidad esperaba con ansias el día en que yo pudiera decir:” Mi perro ya es grande, mi perro ya aprendió que la caquita se hace en la calle” ... ahora que aprendió y luego de lo que sucedió me arrepiento...


Regreso a la historia... El cachetón, Nacho, se encontraba una vez más haciendo gala y siendo el show de los transeúntes que pasaban por ahí. Se paraba, posaba un poco y daba aires de grandeza y de ser un perro que merecía ser temido y respetado por su contextura, por sus pasos precisos y seguros y por los ladridos que a cuestas salían de su hocico pero que más parecían estornudos. Cosas que por cierto a mi me causaban risa ya que yo tenía más que claro que mi perro no dañaba ni a las hormigas y lo que me llevaba a pensar de que si a veces caminaba tan gracioso era porque en realidad no quería ni pisarlas. Esta teoría de pasividad quedó malditamente comprobada escasos minutos después: Nacho seguía corriendo, olfateando, marcando territorio, jugueteando con nosotros hasta que de pronto su curiosidad lo llevo al borde del abismo. Osó acercarse a una casa donde era conocido que habían perros, tres siberianos y otro más pequeño, y posó su hocico en la reja que limitaba la salida de esas fieras, las cuales sin dar tiempo siquiera a que mi Nacho pestañee se zamparon sobre su cabeza, su lomo y su pata y como quien tiene al demonio dentro lo zarandearon de los pellejos mientras mi primo, su dueño y yo hacíamos inservibles esfuerzos por separarlos. Fueron los dos minutos más horribles de mi vida – a parte de la sensación que me produjo pasar sola el pasado terremoto del 15 de agosto en mi ex casita de adobe-, fueron dos minutos que parecieron diez y lo suficientemente horribles como para generar en mi la idea de que mi bebito se iba a morir en manos, o mejor dicho , en hocicos de esos 3 depredadores que parecía que luchaban por obtener el pedazo más grande de sus pellejos...

Gracias a la pisadas de cabeza, patadones y correazos que en conjunto direccionamos hacia “los malditos” logramos que Nacho se safara y a penas lo vimos mi primito pronunció las palabras precisas como para generar pánico en cualquiera: “ Paula, mira se le está saliendo el cerebro!!!!” ( lo decía por algunas cosas blancas que se le chorreaban de toda la cabeza). Como entenderán yo estaba pasmada oyendo como mi perro chillaba y los transeúntes pasaban ajenos a mi dolor, a mi miedo, a mi preocupación... Y Nacho ahí parado, asustado, con huecos que hacían parecer que hubiera sido un sobreviviente de una guerra contra los espartanos. Aunque claro estos no habían sido 300, pero sí 3 lo suficientemente salvajes como para deslonjar a mi perrito.

Luego de esto hubo un cruce de palabras, de miradas... hubieron silencios, curiosos. Hubo de todo, hasta que alguien que pasaba por ahí me decía “llévate ya al veterinario, llévatelo ya...” Obedecí. Regresé corriendo a casa ha avisar lo sucedido a mi hermana y a mi tía y a pedir apoyo con dinero. Ya con 200 soles en mano, salimos en busca de un taxi. Un HDP (Hijo de puta, para quienes no entiendan) que osa hacer servicio de taxi se vino a dar de lujos con su apestoso carro negro y ante mi suplica de que nos lleve al veterinario porque mi perro necesitaba que lo chequeen urgente me dijo:” uy no la sangre va a chorrearse en mi carro, no no , no los llevo” y se marchó. Luego un tico amarillo amablemente y al ver nuestras caras de preocupación accedió. Nacho estaba ahí tan desconcertado como mi primo y yo que aun no asimilábamos el hecho de que escasos minutos atrás todo estaba normal, nacho corría feliz y a nosotros no nos invadía esa terrible sensación de angustia del momento. Yo abrazaba fuerte a nacho mientras lo sostenía sobre mis piernas evitando así que se siga sacudiendo y que la sangre se siga regando por el carro, por mi ropa, por mis manos, por mi cara.... Llegamos y una vez dentro sentía desesperación al ver que la gente se movía con la pasividad de una tortuga mientras mi perro observaba con la cabeza partida y la oreja casi colgada por el piso...Luego vino la parte fea, los pinchazos para sacarle sangre y luego doparlo y verlo pasar en brazos de Arturo, el ayudante del veterinario, todo caído, desparramado por los efectos de la anestesia... después de eso no vimos más. Se lo llevaron al segundo piso a suturarlo y ver que tan grave era la situación...A la hora bajó el gordito, el veterinario de turno y dijo que todo estaba peor de lo que había pensado en un comienzo, dijo que Nacho tenía la cabeza destrozada y habían partes que habían sido dañadas de manera irreparable lo que significaba que se las iban a tener que quitar, a parte tenía mordiscos en el lomo y las patitas.. seguidamente soltó otro dardo. Mínimo, sólo la saturación, va salir como 350 soles sin contar medicamentos, y su estadía aquí...

Después de eso salí del veterinario, ya no me sentía bien como para seguir oyendo el estado grave de mi perro. Salí con mi primo rumbo a casa aprovechando que mi mamá y su amiga habían ido a hacernos la posta y quedarse con Nacho. Caminaba y pensaba en el papel que me habían hecho firmar cuando llegué:” La veterinaria no le asegura que su perro salga con vida...” nunca unas palabras me habían revoloteado tanto en la cabeza. Nunca. Es ahí donde realmente comprendí el gran amor que siento hacia esa bola de pelos que todas las mañanas me despierta con su respiración en mi cara, como quien quiere ser un despertador sin sonido pero si con olor a macho y con un plus: un soplador de aliento, con reciente olor a comida, en la cara.

Ya en el micro estuve más tranquila, . Luego...llegué a casa con lágrimas en los ojos luego de haber conversado con el dueño de los salvajes y haber recreado la escena y las palabras de ese papel... sumado a esto la reiteración de palabras que venían a mi debido a las preguntas de mi tía y mi hermana que querían que nuevamente les cuente toda la historia...que tristeza la que sentía. Todo por un descuido, por una imprudencia mutua y para completarla por la ingenuidad de mi perrito que es un huevón y que tiene la errónea idea de que todos los perros son sus amigos...Bah, macho tenía que ser!

....

Hoy, 11:50 am, me encuentro sola en casa. Opté por no ir a la universidad. No tengo ánimos. Escucho ladridos y no son los que realmente quisiera escuchar. Mi bebé no está. Sólo un camino de pelos me indican que horas antes ( el día de ayer) él estuvo echado en el mueble violando las normas que mamá puso en casa de que estaba terminantemente prohibido que se suba al sillón, desde el día en que descubrimos que este pequeño pionono andante aprovechaba nuestras ausencias para hacer de las suyas y llegar hasta la ventana para ladrar, esperando seguro que Petunia, la perrita de al lado, lo venga a rescatar de su soledad. Nacho no está y lo extraño.

Extraño sus quecos de engreimiento, extraño su patita rascándome el pantalón seguido de los revoltijos que daba boca arriba esperado así captar mi atención y provocarme la ternura necesaria como para que decida rascarle la pancita hasta generar en él esas cosquillitas que le hacen mover la patita graciosamente.

Extraño la baba que acostumbradamente deja en mi ropa cada vez que cariñosamente se acerca luego de haber bebido agua de su posillo de metal.

Ahora me detengo y recuerdo un poco los días que me alocaba, lo cargaba en mis brazos y lo llevaba en micro a recorrer la ciudad. Destino: La casa de los Patochitos, lugar donde por cierto no era recibido con la mejor cara de mi abuelo debido a los anticuerpos él que tenía hacia los perros, pero de donde, debido al carisma de este peludo y a esas ganas que provoca en uno de apachurrarlo por lo rolludo que se ve, salía con mas de una caricia y un mimo en su cuenta.

Nacho, chancho, bebé o amor, esos son los nombres que utilizo para llamarlo. Cada uno tiene un contexto y una situación. Por ejemplo: Nacho es comúnmente utilizado por todos cuando es necesario ejercer autoridad y demostrar quién es el que manda en casa. Y es que a veces este perrito que creo que sufre de dosis de olvido hace gala de sus peores modales y riega las consecuencias de sus comidas por cualquier lugar de la cocina.
Chancho es comúnmente usado luego de haber oído los sonidos que extrañamente produce debido a la conformación ósea de su hocico y por los pliegues enormes que le dificultan la respiración – he aquí la explicación de su churrísimo veterinario =) –

Bebé, cuando llegamos a casa y el empieza a dar brinquitos como loco, cuando se engríe y babea como loco y amor cuando se pone cariñoso, se revuelca, se retuerce... cuando corre tras su “bebito” que es un peluche de hipopótamo que le regalo la Sexi por navidad. Claro ahora ese hipopótamo parece una tortuga porque ya perdió las orejas de tanto mordisco pero igual así para Nacho ese peluche es un contento...

Bueno son casi la 1...y vuelvo a ver el espacio vacío que dejó mi peluche rolludo y andante.. su cucha ( la mantita donde duerme) está vacía, su hueso está tirado extrañando sus mordidas, su bebito como nunca se ha sentado a esperar que le arranquen otra parte del lanudo cuerpo..

Concluyo y pienso: Esta madrugada los vecinos de seguro durmieron tranquilos: nadie ladró. En cambio, yo no dormí. Es la primera noche que hemos pasado separados desde el 11 de diciembre que llego a casa a iluminarnos con sus ocurrencias, sus ladridos, sus babeados, sus engreimientos y sus robadas de show. Y aunque cuento con la certeza del veterinario de que estará bien, me mantiene insatisfecha la ausencia de sus lamidas en mi cara y de sus mordidas en mi pie. Aquí te esperamos mi amor. Me mantiene tranquila la certeza de que en unas cuantas horas estarás de regreso a casa y aunque parezcas un veterano de guerra lo único que recibirás de mi parte será abundante y purito, purito amor...

pd: Me olvidé mencionar que ayer 12 de junio, el día del terrible ataque mi bebe cumplía 8 meses!!.. pueden creerlo?... miren lo que recibió de regalo....=(

jueves, 10 de abril de 2008

Inspiración accidentada




La última requisa fue el inicio de mi guerra contra el olvido. No les importó que dejara de lado mi orgullo de hombre y me muestre débil, vulnerable... enamorado. Luego me vi sentado en una esquina de aquel infernal lugar donde paso los días charlando con roedores y golpeando la cabeza contra la pared.

Oscurecía y mientras el ocaso era espectáculo para algunos para mi era el inicio del fin. Notaba que tras el vigésimo golpe contra la pared, las gotas de sangre recorrían mi rostro y se impregnaban entre los harapos, se mezclaban con las lágrimas, se metían en mi alma. Me lamentaba no haber sido más astuto; no haber escabullido mejor su foto, no haber escarbado más el agujero. Su agujero. La posada donde pasaría “el resto de mis días junto a mi”. Y es que ella ya no tenía días. Yo se los quité. Egoísta, y violentamente se los quité. Fue una noche en que la lluvia golpeaba fuertemente contra las calaminas de aquel recóndito lugar. Aquel que era nuestro sitio del amor. De eso, ahora sólo recuerdos...

Revivía la escena en mi cabeza cada tarde a las seis...

Ella contoneándose desnuda, saboreando el sabor de su reciente infidelidad mientras yo trataba de controlar el demonio que recorría por mi sangre y la hacía hervir ... Me contuve los segundos suficientes como para mirarla completamente y admirar por última vez su belleza que ahora era de otro. Belleza ajena. Bellaza hiriente.

Ella tocándose toda, sonriendo como si reviviera su último orgasmo, como si reviviera el bacanal del que había sido presa escasos minutos atrás.-

Él se colocaba el zapato izquierdo. Unos de charol, de esos de feria lujosa. Tenía pinta de cuarentón, pero de seguro el espíritu y la fogosidad de uno de 20. De otra manera no podría explicarme porqué lo escogió a él.- Quizá era mi orgullo de hombre el que me llevaba a pensar así. No lo sé. No lo quiero saber.


Recuerdo la escena como si yo mismo la hubiera vivido, la diferencia es que no era así, yo ahí era solo un cornudo espectador, un herido ex amor.

Ella tenía 33. Yo 40. Ella era doncella y yo un imbecil intentando ser lo que ella quisiera. Pero no bastó. Nunca basta. Ni las joyas, ni las flores, ni los autos, ni la casa...ni mi amor.

Ella era carcasa. Yo era esencia. Mala combinación.

Recuerdo nuevamente...

Él alimentaba más mi odio, mi sangre quemaba, el corazón latía rápido, los ojos desorbitados, la adrenalina me invadía por completo.. iba poco a poco perdiendo la conciencia, la razón, el control.

Me desconocí, me descontrolé y arremetí contra los dos. A él sólo alcancé a romperle la cabeza pero con ella me tomé el tiempo suficiente para hacerla sufrir y hacerle pagar uno a uno los segundos que me hizo infeliz.

La tomé del cuello, la besé, la recorrí y la toqué mientras le gritaba: “ Esto es lo que quieres no?

Por primera vez, desde que la besé por primera vez hace 4 años ya no la sentí mujer. La sentí puta. La sentí sucia, inmoral... en realidad ya no la sentí.

Es ahora, cuando la oscuridad penetra estos escasos 2 metros cuadrados que empiezo a tragar saliva con dificultad y los recuerdos me rastrillan poco a poco la tranquilidad. Pensé que había hecho lo correcto, que ella merecía haber sufrido todo ese dolor y mucho más, pero ahora entiendo que me equivoqué...


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martes, 29 de enero de 2008

A veces la muerte es vida


Moriré más pronto de lo planeado y me llevaré conmigo mis lunares, mi dedo torcido recientemente, mi balón de basket, un buen libro y un paquete de interminables buenos recuerdos.
* Uno no sólo muere para el mundo, uno puede morir para sí mismo. A esa muerte me refiero yo.

sábado, 26 de enero de 2008

Amor Descartable

Él lo leyó en la contraportada de un diario. Era un aviso pequeñito pero colorido. Así como uno sensacionalista de diario barato. “Alquilo amor por un mes y algo más”. De inmediato tomó un lapicero y la servilleta que llevaba en el bolsillo desde el día anterior. No necesito más – pensó. Así fue que la llamó, se “amaron”, y al cabo de cumplido el tiempo y las cláusulas del contrato, se marchó.

ÉL habría sido “uno más del montón” si no fuera porque esta vez ella no había entregado el cuerpo, sino el corazón.